martes, 25 de mayo de 2010

UN CABALLO DE CARTON

Otra vez te has visto en pantalón corto correteando por los Jardines de Murillo; otra vez has sentido tus carreras entre las palmeras y te has escondido detrás de las adelfas.


 Al comtemplar el grandioso monumento a Colón has oido la voz del viejo fotografo decirte, mientras cabalgabas en un descolorido caballo de cartón:

        "Niño, mira el pajarito, el pajarito".

Habrás  vuelto a escuchar a tu abuela contarte que allí estaba la antigua Pasarela, una curiosa estructura metálica por donde la gente pasaba de una a otra acera.De nuevo te veras sentado en el bar Cristales, deleitándote con un papelón de pescao frito que tu padre compró en la Puerta de la Carne. Y oirás la corneta que en el Cuartel de Intendencia toca a paseo, para segundos despues, obesrvar una riada de muchachos de
uniforme que salen raudos para aprovechar las pocas horas de libertad , para llamar a la familia, para tomar una cerveza; los veras pasearse por los jardines, temerosos unos, retadores otros, de esos sabuesos de cascos blancos de la P.M.

Ahora nuevamente estas sintiendo la emoción de la primera Feria.Con ojos como platos estas mirando las luces de colores, los toldos rayados que se levantan en el Prado mientras te comes un coco comprado en
uno de los numerosos puestos que se alinean orillando los Jardines.

 Han pasado algunos años, te estas viendo sentado en un banco con tu primera (la unica)  novia, escuchando el rumor de las leyendas que por el aire llegan desde el barrio de Santa Cruz, leyendas que se mezclan con vuestras primeras palabras de amor.Y habrás sentido otra vez su mano, y habrás sentido otra vez, en tus labios,  aquel primer beso que te dío una noche de Martes Santo mientras el palio de la Candelaría reflejaba su luz en las murallas del Alcázar y salíais corriendo que a la una y medía había que estar en casa.

Has vuelto a los Jardines de Murillo y has podido comprobar que una vida de recuerdos cabe entre sus palmeras, entre sus adelfas, o mejor aún, en una foto antigua que te hicierón en pantalón corto, montado en un caballo de cartón.

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