viernes, 23 de julio de 2010

RECUERDOS DE VERANOS DE LA NIÑEZ


  
Muchas veces, cuando paseo solitario por la playa, cuando me quedo en silencio mirando las nubes, mientras mi mujer escucha música con el mp3 o lee un libro, viene a mi memoria el recuerdo de los veranos de mi infancia.

  Recuerdos de veranos de toda la familia; abuelos, tíos y primos, en la casa que recuerdo vieja y destartalada, aunque con patio, que alquilábamos en Chipiona, recuerdos de escapadas con mi hermano a la cercana playa de las Canteras, con la posterior regañina o  , ( y no tenemos ningún trauma) algún alpargatazo, recuerdo de las tardes de paseo por la Avda. de Sevilla, camino del Santuario de Regla; recuerdos de días de camping en la playa de las Tres Piedras, con eternos partidillos junto al mar, recuerdo de algún “descuido” de melones en los huertos cercanos, recuerdo de los cánticos de los “flechas” en el campamento de la O.J.E.

   Recuerdos de vacaciones largas, largas en Rota, con mi tío Manolo Aviles y mi recordada tía Ani, recuerdos de un pueblo llenito de americanos; recuerdos de vacaciones en Sanlucar, de ricos helados en la Plaza del Cabildo, de jugar al pillar alrededor de los jardincillos de la fuente antigua, mucho más bonita que la actual.Recuerdos de paseos a Las Piletas, de ir y venir por La Calzada buscando el barquito cargado de chucherías, tesoro de los piratas para la chiquillería, recuerdos de veladas de cine para aliviar el calor en el Gran Cinema, del que solo queda a modo de monumento un viejo proyector.
 
    Recuerdos de vacaciones con mis padres y hermanos fuera de Andalucía en las residencias: primeras piscinas, primeras  pandillas, en la Marina de Elche, en Benidorm, recuerdo de largos y cansados viajes apretados en un coche sin aire acondicionado, pero con risas y bromas durante todo el trayecto; recuerdo del viaje en barco desde Valencia a Palma, para ir a la residencia San Cayetano, que gran torneo de futbol entre chavales que jugamos, recuerdos de Valldemosa, del Pueblo Español, de las cuevas del Drach.


Es cierto lo que dicen casi todos, que las fechas más nostálgicas son las de Navidad, pero yo también, muchas veces me dejo llevar por esa corriente de momentos, de sentimientos, de días felices pasados en lo veraneos de mi niñez.

2 comentarios:

  1. Tienes razón, y te pregunto: ¿No crees que entoces hacia menos calor? O será que disfrutabamos de otra manera y no nos importaba los cuarenta grados.

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  2. Amigo Naranjito, no se que decirte, solo se que antes mis veraneos erán eternos, de esos de largometraje, y me divertía tanto que no notaba ni la calor.
    En la actualidad, en quince días, no he recogido las llaves del apartamento cuando me parece que voy en el coche de vuelta.Pá algunas cosas mejor volver a tener ocho o diez años.¿No?.Saludos.

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