martes, 2 de noviembre de 2010

LA CIUDAD DE LOS MUERTOS

                  
               He postergado a conciencia este paseo ,  he intentado evitar este itinerario aunque se que , en definitiva, es el único inevitable, aún a sabiendas que, tarde o temprano, todos nos encontraremos en San Fernando.

               Es tremendo el repeluz que me produce las cosas de la PARCA, de la CANINA, de la CHATA PELONA.
               Llamarlo como queráis, miedo absurdo, superchería, pero creo que no encontrareis en toda Sevilla, muchas personas que se ofrezcan amablemente a ser vuestro guía por esta ruta.
               Quizás por ese motivo, he decidido acercarme al cementerio en la festividad de TODOS LOS SANTOS.En este día es cuando más vivos cruzan por las calles de la Ciudad de los Muertos; cuando cientos de sevillanos van a adecentar, a darle una manita de cal, a cambiar las flores a la morada eterna de sus seres queridos, de aquellos que perdieron en esta vida terrena.

               Dicen que la flor más apropiada es el crisantemo, pero en Sevilla se ponen sobre las lapidas, en los nichos, muchos claveles y cada vez más, desgraciadamente, horrorosas flores de plástico.
          En la  rotonda de entrada del cementerio, un grandioso azulejo de la Virgen de la Soledad de San Lorenzo, que llego hasta aquí en la Santa Misión que promoviera el Cardenal BUENO MONREAL en 1.961; a sus pies, una montaña de coronas de flores.
          Entramos en el Camposanto, y a los pocos pasos nos encontramos con la tumba de Joselito, impresionante monumento funerario, obra de MARIANO BENLLIURE; el bronce representa al barrio, a las gentes de la ALAMEDA que entre sollozos llevan el féretro del genial torero, mientras una niña porta una pequeña imagen de la ESPERANZA MACARENA, a la que el matador profesó gran devoción.Junto al de JOSELITO el GALLO, se levanta el mausoleo, soberbia pura y desproporción, de PAQUIRRI.


         Sigamos andando por la calle central, contemplando como los cipreses, gigantes verdes, apuntan hacia el cielo. A uno y otro lado, se abren pequeños senderos de albero que bordean los panteones y las tumbas.Aquí también están enterados: JUAN BELMONTE, severa lapida de negro mármol, ENRIQUE EL COJO, bailando como en vida, ESPARTERO, el famoso cantante ANTONIO MACHIN, "Angelitos negros", "Dos gardenias"; personajes ilustres o populares que reposan junto a otros sevillanos anónimos, aunque ni la muerte nos iguala a todos, los más pudientes, los privilegiados, tendrán sus panteones familiares, los modestos, tendrán que conformarse con un nicho de los que se levantan al final del cementerio, que hasta aquí hay diferencias de clases sociales y poderoso caballero es don dinero.
        Ahora, sobre un golgota de rocas, bajo el que descansan los restos de su autor, el desdichado SUSILLO, se alza el CRISTO DE LAS MIELES.Dice la leyenda que en la boca del portentoso crucificado, unas abejas hicieron un panal, y que de vez en cuando, brota de ella el dulce liquido, resbalando por su pecho como sangre, de hay su curioso nombre.
        Hay un cortante silencio, una profunda quietud en el cementerio, poco a poco, la gente lo ha ido abandonando.Pero es una quietud, un silencio distinto al que se siente en los vacíos templos o en los compases de los conventos.En estos nos proporcionara paz y sosiego para el espíritu, en el primero, sera como una pesada losa que aplastará nuestra  alma, cubriéndola de tristeza.
        Con estos pensamientos desandamos el camino, bordeando los cipreses y dejamos el cementerio de SAN FERNANDO, comprendiendo perfectamente la amarga desilusión, el tremendo desengaño que sufriera el gran GUSTAVO ADOLFO BECQUER, al ver convertido el alegre sendero que llevaba a su idílica VENTA DE LOS GATOS, en el trayecto sin retorno, en el camino  hacia LA CIUDAD DE LOS MUERTOS.

4 comentarios:

  1. Me has hecho recordar, otra vez, mi estancia en Sevilla, pués de los muchos sitios en los que viví, el último Doctor Fedriani, íbamos con frecuencia a visitar el cementerio de San Fernando, casi hacíamos turismo por él.
    Ya lo sé, no es muy normal, pero, siempre he sido un poco "friki" no gótica, ¿eh?.
    Saludos, amigo.

    ResponderEliminar
  2. Pues sí amiga tortuguita, un paseito un poquito triste, no te parece.Lo que es el menda, la verdad , es que no se apunta para hacerte de guía, mejor nos tomamos unas cervecitas cuando vengas de vuelta en la Macarena.Gracias por tu fidelidad y un beso muy grande.

    ResponderEliminar
  3. Yo no puedo entrar en el Cemanterio, me da miedo, pero miedo de película de miedo.

    Por cierto... ¿Cómo se pone música para que suene nada más entras en el blog? es algo que me encanta y no sé hacer.

    ResponderEliminar
  4. Buenos días querida Reyes.Veo que eres de las mías.El ambulatorio, el juzgado y el cementerio, cuanto más lejos mejor.
    Ah¡, lo de poner música que arranque cuando entres en el blog, si no te importa te lo pongo por correo electrónico, porque es largo y un poco confuso de explicar, te lo envió no creas que se me olvida.Besos.

    ResponderEliminar

LOS SOÑADORES COMENTAN: