sábado, 8 de octubre de 2011

ROXANNE

                        
venus y adonis - rubén reveco


      El local estaba casi vacío, con muy pocos clientes.Las chicas bromeaban y bailaban en corrillos la última canción de moda.Me quedé muy cerca de la puerta y pedí un gin-tonic con dos rodajas de limón.De pronto, se abrió una cortina de cintas plateadas y bajo la luz roja se recortó su silueta.Cuando cruzó lentamente la pista atrajo todas las miradas.Era esbelta, escultural, bellísima, era diferente, distinta a todas.Su cuerpo perfecto, su piel blanca, finísima, como de porcelana, sus cabellos rubios y brillantes, entrelazados en una trenza que le recorría toda la espalda, su rostro cautivador y ovalado, maquillado con maestría.Tendría unos treinta años pero aparentaba bastantes menos.
                       Se sentó en un alto taburete al final de la barra.Cruzó sus larguísimas piernas y se quedo allí, reflejando en el espejo de su vodka con hielo el azul profundo de sus ojos, su mirada triste, como perdida en un horizonte inalcanzable.
                       Nadie conocía su nombre en realidad, pero todos la llamaban ROXANNE.Nadie sabía nada de su vida, pero todos decían haber estado con ROXANNE.
                       Mientras apuraba mi copa, la sala empezó a llenarse de clientela.Pronto, ROXANNE estaba rodeada de hombres, hablando de temas intrascendentes.Reía a carcajadas, enseñando sus hermosos y blanco dientes, sus chistes groseros.ROXANNE incluso, susurraba con placer al oído de alguno, no se si con sinceridad, o con un estudiado y teatral guión.
                    ¿  Cuántos habían escuchado los piropos fingidos, las adulaciones para acrecentar su ego de machitos, las confesiones tenues de los falsos deseos de ROXANNE?. Pero ninguno de ellos había escuchado la voz de la mujer que se escondía tras la perfecta máscara de rimel y lápiz de labios.Ninguno sabía lo que sentía en realidad la persona que se parapetaba tras el disfraz de licra ajustado, medias con liga y stilettos en sus pequeños pies.Ninguno de esos babosos de manos largas había visto llorar al ser humano que se ocultaba tras la risa contagiosa, ninguno había acompañado su soledad en la nostálgica añoranza  de las hermosas tierras heladas de sus país al calor de una chimenea, de sus clases de ballet de niña, de las dulces y amorosas caricias de su hijo, de las confortadoras palabras de su madre.




                    ROXANNE había perdido la cuenta de los hombres con los que se había acostado. No recordaba ni sus caras ni sus nombres, todos eran sólo una multitud de sombras, una infinidad de fantasmas.Sin embargo, no podía borrar de su mente,  por mucho que lo intentaba, grabado a fuego y odio, el rostro, el nombre, que solo pronunciarlo le producía nauseas, del tipo que le empujó a este carrusel trágico, que la dejó atrapada en este callejón sin salida. Que le llenó la cabeza de promesas, cuando el lobo aún se escondía bajo la piel de cordero, allá en su tierra natal. Que le quitó el pasaporte nada más llegar al aeropuerto y que la amenazaba cuando le venía en gana con hacer daño a su madre o a su hijo.Los golpes y los insultos para ROXANNE no eran una amenaza sino la cruel y cotidiana realidad.
      Entonces fue cuando comprendí, mientras sentía su risa grabada en mi mente, su belleza cautivadora clavada en mis pupilas, la dura condena, la pesada e invisible cadena que atrapaba a ROXANNE a aquel destino, a aquel club de carretera.Ella era ramera por necesidad, era fulana sin más remedio,  sin otra solución, no como otras mujeres que venden su cuerpo por ambición, por codicia, por popularidad, por vanidad o por llevar una vida cómoda y regalada.No era como esas "triunfadoras" que esta sociedad hipócrita no sólo no señala con el dedo como hace con ella, sino que en muchas ocasiones, envidia, aclama, le dedica elogios y entrevistas en las revistas o la televisión.
        No es una alta ejecutiva, no es una "emprendedora" empresaria sin escrúpulos, capaz de cualquier cosa por cerrar un buen negocio, por subir un escalón en el organigrama de su empresa.No es una de esas niñas monas que se pliegan a las apetencias de cualquiera, a las más inconfesables aberraciones por salir en algún programa o tener un papelito en una película.
No es una de esas señoras bien, una de esas damas que, o bien admiten una tras otra infidelidad, o se abren de piernas a un hombre que no desean, que no aman, que ni siquiera soportan, con tal de tener el visón, el modelo de alta costura y la tarjeta oro.Todas ellas más PUTAS que ROXANNE, que sólo persigue, - eterno sueño -, conseguir una cantidad considerable de dinero lo más rápido posible, para conseguir la libertad, para escapar de las garras de ese tipejo que la trata, no ya como pareja, ni siquiera como amante, sino como una autentica esclava; para intentar ablandar, aunque sea pagando una deuda que siempre parece más grande, su corazón maldito y negro, y volver, sin nada, con lo puesto, de nuevo a esos atardeceres helados, a las caricias de su hijo, a las cálidas palabras de su madre; para empezar a vivir, para iniciar un nuevo camino aunque sea de cero.
              Con estos pensamientos apuré el segundo gin-tonic y me dirigí a la puerta.Antes de salir volví la cabeza y vi a ROXANNE, rodeada de  imbéciles que la jaleaban con gritos y palmas, bailando desenfrenada bajo los efectos del vodka y alguna raya de coca.
              Han pasado quince días de este relato, he vuelto al club y al ver el alto taburete vacío he tenido un fatal presentimiento.Yoli, una cubana de pechos turgentes y labios carnosos, al ver mi inquietud, me ha apartado con discrección para, con lágrimas en los ojos, confirmarme mi fatídica sospecha.Hacia dos días que encontraron a ROXANNE en la bañera de su apartamento, cubierta de espuma.Sus manos de piel blanca, suaves, finísimas como de porcelana, estaban, desde las muñecas, surcadas por un torrente rojo de muerte que seguía por los azulejos hasta el suelo.ROXANNE descansaba al fin, apagada la luz  del azul profundo de sus ojos, triste, más triste que nunca su mirada, perdida ya para siempre en un horizonte inalcanzable.

4 comentarios:

  1. Triste, muy triste.
    Y no por éso menos cierta, ¡se repetirá ésta historia con tanta frecuencia!.
    Un abrazo, Paco.

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  2. ¿Cuantas Roxanne hay?, Desgraciadamente muchas. Me has dejado helado con la historia y con el final.
    Un saludo y grácias.

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  3. Si amiga Tortuguita, muy triste esta historia que se repite tantas veces.Esta desgarradora historia de unos seres humanos que creyeron en alguien del que quizás, incluso estuvieron enamoradas, que soñaron con sus palabras de bienestar, de trabajo, de futuro para ellas y para sus hijos, para encontrarse solo con el asco, con la rabia, con la cruel esclavitud de la prostitución.

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  4. Muchas, muchas, amigo Naranjito, en tantos locales y clubes del Mundo.Un duro relato, pero al mismo tiempo, una denuncia clara y directa de esas otras PUTAS, RAMERAS, que te demandan si las llamas por su nombre, que soberbias y engreídas te miran por encima del hombro, y que entre la fama y el dinero, olvidan con frecuencia, que si un día su destino se vuelve negro, o el viento del deseo de quién las mantiene cambia, pueden tener un final tan trágico, tan lamentable como el de nuestra ROXANNE. Estas otras "SEÑORAS" de verdad que no me dan ninguna pena.Un saludo.

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