CRUCES DE CUARESMA

                   Y volvió de nuevo ese tiempo grande que siempre vuelve. Volvió a llamar a nuestros corazones con el aldabón inmenso de la alegría soñada y esperada, este año aún con más ansias, con ese llamador antiguo que abre las puertas de SEVILLA a su tiempo mejor, a ese que marca el calendario de tantos y tantos de sus entregados hijos entre los que me encuentro.Ese tiempo lleno de magia y recuerdos, de sueños y nostalgia en que la ciudad, en ese milagro que se repite año tras año, desde hace siglos, resucita de sus cenizas para volver a mostrarnos en sabia conjunción, su belleza más eterna, su gloria más efímera, aquello que la adorna desde siempre con la que la hermosea durante unas horas, unos minutos y, que si embargo, de puro éxtasis nos parece una eternidad.

                       Y  el primero de los avisos, de las señales,de los adelantos, fue el encontrarnos con Él en su casa de San Lorenzo, cuando apenas acababa de desperezarse el año.Volver de nuevo a encontrarnos con sus manos, con sus ojos, con su majestuoso rostro, donde en tanta entrega, tanto perdón, tanta dulce mansedumbre, encierra todo su GRAN PODER.

                 Y volver a encontrarnos con Él, cuando ya esta sobre ese madero, sobre ese hosco tronco que por redimirnos se convierte en lecho de Rey, para que Cristo duerma su BUENA MUERTE entre los recovecos, las esquinas, las encaladas casas de los callejones de SAN JULIÁN.

                          Y en la primera noche de ese tiempo al que llamamos CUARESMA, que para la IGLESIA, es tiempo de penitencia , de ayuno, de arrepentimiento, pero para el alma SEVILLANA, y quién no lo reconozca así es un hipócrita, es tiempo de vida y no de muerte, tiempo de gozosa espera, tiempo de encuentros, tiempo de FE, de CARIDAD, de ESPERANZA, encontrarnos con el Hijo de la hermosa doncella TRINITARIA, para que conforte nuestras penas, enjuague nuestros pesares, y le de luz al camino de nuestras ilusiones, con el surco vivificador, con el caudal de amor y paz que fluye del torrente divino de sus CINCO LLAGAS.

                                Y cuando todos los que nos llamamos cofrades nos reunamos, el primer lunes de esta CUARESMA, alrededor del pequeño JESÚS DE LA SALUD, ese dulcísimo NAZARENO,ese Cristo chiquito en donde convergirán esa noche  todos los corazones emocionados, todos los ojos empapados en lágrimas de la emoción de casi quinientos hermanos, de miles de devotos sevillanos que lo arroparan mientras Él va bendiciendo las calles  desde San Nicolás a la Catedral, o mejor aún, que hermosura de recorrido, de la Catedral a San Nicolás,  mientras le acompañamos y le ayudamos a llevar la CRUZ.

                  CRUCES DE CUARESMA, benditas cruces de SEVILLA.Cruces de los naranjos donde se alza, para reconfortarte con su aroma, el oleo fragante del azahar.Cruces de las sillas de QUIDIELLO, bosque de cruces que orillan, ese autentico sacrificio que para el nazareno es la CARRERA OFICIAL.Cruces talladas, madero sobre madera, en las canastillas, en los respiraderos que aún duermen, sin el bautismo del pan de oro, en los talleres de los artesanos.Cruces de las plazas, de los retablos que van anunciado el sendero, la ruta de la emoción: Cruz de la Cerrajería en SANTA CRUZ, Cruz, ¡hasta cuando tu olvido y abandono!, en SANTA CATALINA, Cruz reverberando el sol del mejor DOMINGO en el PORVENIR o SAN JULIÁN , Cruz de  SAN JACINTO, para la mejor ESTRELLA, Cruz para redimir nuestras ALMAS en OMNIUM SANCTÓRUM.Y Cruz en el retablo del CALVARIO en la MAGDALENA, y Cruz y lanza en SAN MARTÍN, y Cruz  franciscana en SAN ANTONIO DE PADUA, y Cruz en VARFLORA y ARFE, y Cruz austera y sobria en la plaza de SAN PEDRO.

                         Benditas cruces de SEVILLA, benditas CRUCES DE CUARESMA, que desde un atardecer de VIA-CRUCIS nos anunciáis la cercanía del irrepetible momento en que, con la silueta recortada de vuestra  propia sombra, en un mediodía de niños, palomas y túnicas blancas, SEVILLA haga realidad de nuevo, el sueño eterno de su SEMANA SANTA.




ENVÍO: A mi amigo RAFAEL FERNÁNDEZ MÁRQUEZ, para que mañana, rodeado del calor de los tuyos, disfrutes uno de los momentos más hermosos que pueda vivir un cofrade.