domingo, 8 de febrero de 2015

A LA SEGUNDA, ¡ CUANTA DECEPCIÓN !




                    Mediodía del Sábado, nos encaminábamos ilusionados a disfrutar de unas buenas tapas, y unos ratos de risas en el bar ANTOJO, que tan buen sabor de boca nos había dejado en la primera visita y que recomendamos en una muy reciente entrada.Y aunque la odisea que en SEVILLA supone el depender de los autobuses no había sido tan azarosa y difícil como la del mítico ULISES, la verdad es que entre la ducha, el despiste con la hora, y la travesía se nos echo el tiempo encima, y cuando llegábamos a las puertas del bar eran poco más de las dos y media.
            Aquello estaba de bote en bote incluso la barra estaba llena, una niña , ROCÍO, muy amable y risueña nos apunta en una lista y nos advierte que tenemos que esperar unos quince minutos, ¡ NO PROBLEM !, nos apalancamos como podemos, más mal que bien y aguantando un par de un poco secos y nada amigables: ¡ por favor,no ocupen el  paso de los camareros! , conseguimos tener en nuestras manos algo de beber, para hacer más corta la espera, parece que todo vuelve a la normalidad.Craso error el mio,ROCÍO viene, con su sonrisa en la boca, y nos presenta una propuesta: si no nos importa irnos al local de enfrente,LA NIÑA BONITA, una abacería de la misma empresa, y nos jura y nos perjura que allí nos ponen las mismas excelentes tapas, que la carta es idéntica y que tenemos una amplia mesa de cinco para nosotros tres. 
    
      En ese momento empezó el principio del fin, con nuestros vasos en las manos cruzamos a la otra acera de la calle CALATRAVA y entramos en la abacería, un pequeño local con apenas cinco mesas, bastante apretadas, y con una sola camarera, rubita y con piercing en la nariz,con cara de estar un poco dormida, la mesa para cinco, si es verdad,estaba allí vacía. Lo primero que nos suelta es que le extrañaba que la tal ROCÍO nos hubiera mandado, ¡ vamos que nosotros nos habíamos inventado el nombre y nos habían brotado las cervezas en las manos por arte de magia !.Nos colocamos en la mesa, menos mal que junto a un ventanal, y las sillas para mi parienta no son precisamente cómodas. La chica nos pone los cubiertos, y nos deja unas cartas y se va a la barra donde en una esquina se han sentado dos colegas a las que parece conocer; al poco, entran un matrimonio de quiris maduritos, son ya las tres y diez.De repente la niña sale de detrás del mostrador de madera y cuando creemos que viene a tomarnos nota, se acerca a la mesa de los guiris, y con gran dificultad de comprensión linguistica por ambas partes, consigue,no sin arduo esfuerzo, cogerles la comanda, después, como se dice vulgarmente, pasa de nosotros como de la mierda, el MOSQUEO  ya empieza a ser considerable, pero nos armamos con algo de paciencia.No se ve movimiento de tapas ninguno, un par de chicos en la barra también parecen muy inquietos, pero la TITI no parece inmutarse mucho y los guiris siguen sin enterarse de nada.Mi  hijo ya se sube por las paredes y dice que o la llame o que paguemos y nos larguemos que no atendía las mesas y encima estaba de cháchara con las tías de la esquina de la barra.La verdad que el trato  no tiene nada que ver con el del otro Domingo y esto es ya un autentico cachondeo, me acerco a la rubia del piercing, que me atiende con una sonrisita bobalicona, y cuando le digo que me cobre las bebidas que nos vamos, me dice con aire displicente y como si nos hiciera un favor: "si mejor, porque... es que la cocina ya esta cerrada".
    ¡ QUE LA COCINA ESTA CERRADA !, ¿ A LAS TRES Y MEDIA ?, esto ya es el colmo, o esta tía o la Rocío, la de la lista, nos ha tomado por tontos, la profesionalidad brilla por su ausencia, y no se merece el trabajo, ¡ siempre hay tontas con suerte !, me desfogo aquí porque la educación y el temple en el momento me dejo extrañado a mi mismo.
       Salimos escopetados de allí y jurando no volver jamas. Menos mal que siempre tenemos nuestro bar de cabecera en la ALAMEDA, esa bendita DUQUESITA que ya he nombrado en este blog en varias ocasiones y a la que le debo sin duda,y esta por mucho más que méritos, buenas tapas y servicio, por buena amistad, una excelente entrada, allí,y a pesar de lo apurado de la hora, como siempre, de quitarse el sombrero, como si estuviéramos en casa.
      En cuanto al bar ANTOJO, y a su hermana pequeña, LA NIÑA BONITA, no merece la pena ni gastar una linea más, como dice mi hijo, será por bares en SEVILLA, pero lo que parecía un buen descubrimiento, al final solo sirve para lo que su propio nombre indica, salir del antojo y se acabo, a la segunda , ¡ CUANTA DECEPCIÓN !.



P.S.- A lo mejor los cogimos en un día malo,pero no he visto tanta desfachatez y tanta  falta de agrado en mucho tiempo,no creo que haya una tercera vez.Esta entrada debería inaugurar una etiqueta que se llamara RECOMENDACIONES FALLIDAS, pero espero no tener que crearla y sea la única desilusión.

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