LAGRIMAS DE SAN PEDRO

Arte Sacro

                   De nuevo han subido por las gastadas rampas, de nuevo han llegado por las entrañas de la Giganta hasta el cuerpo de campanas, para desde allí,  extender por el aire cálido  , el eco metálico de sus clarines.
                   Y otra vez, habrás gozado al oírlo en lo más alto  de la Torre la "SANTA JUANA"; y otra vez, los vencejos habrán detenido su vuelo para escuchar el sonido de la más antigua Sevilla.
                   
                   Las LÁGRIMAS de SAN PEDRO, ese corto toque de trompetería que nos brindan los músicos de la Banda del Sol, es uno de los pequeños ritos que los sevillanos no debemos dejar que se pierdan.Esta breve pieza musical, que nos anuncia los primeros días del caluroso Verano, junto con la bandera celeste y blanca, cal y cielo, que por la Purisima ondea al viento, anunciándonos el fin del Otoño, son los pequeñas muestras que nos quedan de aquellas grandes celebraciones que se hacían en la Giralda en ambas festividades.
                  Por San Pedro, la Torre se encendía grandiosa con las luminarias y fuegos, Sevilla gastaba en esta fecha toda la pólvora que los levantinos queman por San Juan.Eran tan fastuosa, tan increíble la Fiesta, que se tomaba como ejemplo, para las que se organizaban en honor del nacimiento de príncipes o en los reales casorios.
                  Por la Purisima, se engalanaba con costosas telas, que en forma de gallardetes, de colgaduras , de pendones, cubrían toda su rosácea figura.

Arte Sacro

                  Y de toda esta belleza, Hoy, tan solo nos quedan las lágrimas y esa bandera que, solitaria, resiste a los tiempos.
                  Y ahora que resuenan en los clarines, altas en la noche, claras en la mañana,  las lágrimas de San Pedro, quiero que vengáis conmigo, sevillanos, a pedirle humildemente a esa Virgencita que guarda con bellos ojos atentos la frontera del Postigo, a rogarle a esa niña que vigila en su capillita la Gloria de la mejor Sevilla, que no permita que alguno de esos que se las dan de modernos, que alguno de esos amantes que le han salido a la arquitectura de vanguardia y a las grandes moles de madera o de cristal, con un equivocado sentido de lo progresista, consiga de un plumazo quitar esa bandera que ondea en la Giralda cada Diciembre, pueda acallar los ecos de esos clarines de Junio, porque, si esto alguna vez ocurriera, le estaría asestando una puñalá trapera a nuestra más PURA y LIMPIA SEVILLA.