sábado, 12 de julio de 2014

LISBOA, LINKIN PARK, DE NUEVO ALFAMA, LA FEIRA DA LADRA Y LAS ULTIMAS INQUIETUDES.(TERCERA PARTE)


  

        La ultima jornada completa en Lisboa, y como siempre que llego a una ciudad nueva, intente ver el amanecer en sus calles, pero en este caso, no se si por el cansancio de la jornada anterior, o por el cambio de la hora, cuando me espabile para empezar a vestirme ya había clareado el día; vano intento.
            Eran las seis y cuarto de la mañana, y como comprenderéis no era plan de despertar a nadie, y solo como un alma en pena no iba a quedarme en el apartamento, así que a echarse a la calle.
        De nuevo tome por RUA DO JASMIN para llegar a la plaza del PRINCIPE REAL, y una vez allí , tome en sentido contrario al del día anterior, o sea por la Avda. de DOM PEDRO V, despacio, sin prisas, la calle  solo para mi, al momento estaba en los  jardines del mirador de SAN PEDRO DE ALCANTARA, y poco después,  deje a un lado la plaza donde nos tomamos la cervecita, la del monumento al CAUTELEIRO, pero en lugar de bajar hasta la plaza de CAMOES, gire a la derecha y callejeado un poco me encontré en el LARGO DE CARMO, esta plaza, que por cierto me pareció muy fea, es importantísima en la historia moderna de PORTUGAL, porque en un cuartel que había en ella, fue donde se inicio la "REVOLUCIÓN DE LOS CLAVELES", no se veía a nadie por lo que decidí coger el elevador de SANTA JUSTA, según parece una obra de un alumno de EIFFEL, pero la cancela que da acceso al mismo estaba cerrada, todavía no eran ni la siete de la mañana, hora de  arranque de este monumental ascensor urbano, espere unos minutos, y pronto, un soñoliento operario, le quito el candado abrió la reja y me acompaño, solo para mi, cuando el primer día había una cola de muerte, descendiendome en el antiguo artilugio desde el CHIADO hasta la BAIXA, que estaba tan muerto como el resto de los barrios que había recorrido; gire hacia la PRAÇA DO ROSSIO y de allí a la de RESTAURADORES, en esta, me acerque a la rotonda central para contemplar bien el grandioso monumento que la corona, dedicado a los restauradores de la Independencia en 1640, precisamente del dominio español, después continué por la preciosa, aunque algo sucia, AVDA. DA LIBERDADE, un extraordinario bulevar que se alarga, orillado de tiendas de gran lujo: HERMES, PRADA, ARMANI, DIOR, hasta la PRACÁ DO MARQUES DE POMBAL, el aristócrata autentico artífice de la "resurrección" de la ciudad tras el terrorífico terremoto de 1.755.

 En este paseo entre lo más glamouroso del Planeta, otra de las contradicciones de esta absurda sociedad, junto a la riqueza más escandalosa, montones, no uno ni dos, de vagabundos dormitando por los rincones.En ese punto decido coger un autobús para bajar hasta el TERREIRO DO PAÇO, era la línea 711.Mientras espero se me acerca una chica de unos treinta años, picaita totalmente por la droga, y tras contarme su historia, nunca pongo en cuestión que lo que me cuenta alguien, aunque sea para sacarme dinero, sea mentira, aunque quizás peque de inocente, lo doy un euro para un café, y en ese momento llega el autobús.Son ya las nueve de la mañana y decido coger el eléctrico nº 15, el que va a BELEM, para acercarme a la zona baja del BAIRRO ALTO, y desde allí volver ya al apartamento.
         En esta ruta ya se ve a más personal, en un momento paso delante del CAIS DO SODRE y un par de paradas más adelante me bajo; en una cercana y pequeña placita ajardinada, se nota, igual que en ESPAÑA, el asqueroso rastro de la botellona de la noche anterior.La verdad que no tengo muchas más ganas de andar, por lo que averiguo otro autobús que me lleve lo más cerca posible, cogo uno que me deja cerca de la RUA NOVA DA PIEDADE, pero hoy estoy viendo que el cafelito va a tener que ser en "casa" porque esta todo cerrado, y andando llego allí.Ya hay señales de vida, y mientras que desayunamos pienso en plantear que yo con mi mujer volveremos a coger el tranvía nº 28 para ir a la ALFAMA; porque tanto el viaje en el mítico AMARELO DA CARRIS, una imagen tan tradicional de LISBOA como la de los coches de caballo en mi SEVILLA, o las góndolas en VENECIA, como el callejear por el barrio más antiguo de la ciudad lusa, no debe de perderselo; pero no hace falta que nadie cambie de planes o vayamos cada uno por un lado, porque mi PRIMA y su gente tenían intención de tomar la misma ruta para acudir a otro de los rincones más bonitos del barrio de la ALFAMA, el campo de SANTA CLARA, entre la maravillosa iglesia de SAN VICENTE DE FORA y el no menos espectacular PANTEÓN NACIONAL, donde esta enterrada la gran fadista AMALIA RODRIGUEZ, para acudir a otro de los encuentros mas populares de los lisboetas, la FEIRA DA LADRA, o mercado de la ladrona, ya sabéis cual puede ser la explicación del nombre, un mercadillo de antiguedades y cosas curiosas, una mezcla entre el RASTRO de MADRID y nuestro JUEVES de la calle FERIA, que se celebra desde hace siglos.La idea le parece estupenda a mi parienta y a mi también me agrada, por lo que salimos todos de nuevo a la parada de la CALÇADA DO COMBRO, pero SALVADOR se da cuenta que tienen que conseguir nuevas tarjetas de transportes, las saco de día, cosa que creo es una equivocación,mejor es la recargable por importe con trasbordo, y nos dijo que cogiéramos el tranvía nosotros que ellos buscarían donde recargar las tarjetas y que ya nos veríamos allí, en la puerta de la iglesia de SAN VICENTE.El 28 venia mucho más cargado de gente que el día anterior por lo que, quería que mi mujer fuera sentada, dejamos pasar dos vagones, y a la tercera fue la vencida.


Esta vez el viaje fue aún más encantador que el del ayer, porque vimos escenas que parecían auténticamente sacadas de una postal antigua, de una película de FELLINI, o de nuestro primer BERLANGA, instantaneas llenas de tradición cotidiana, de pintoresca vida: muchachos que corriendo se cuelgan del tranvía, apoyandose en sus salientes , para hacer el trayecto sin pagar, el tranviario que despotrica de los coches e incluso se encara con los dueños una vez que tiene que frenar porque dos vehículos están bloqueando la vía y no puede seguir la  ruta; se pone echo un basilisco e incluso, casi saca la cabeza por la ventana y parece que se va a liar una buena, pero no, no llega la sangre al río, hasta el cartel, avisando de los carteristas, del que no me percate el día antes, parece sacado de otros tiempos.   En unos minutos, estamos en la parada de SAN VICENTE DE FORA, el templo, una impresionante construcción de mármol, con una tortuosa y larga escalinata y dos torres.

         Llamamos a la gente, y resulta que al final han llegado ellos antes que nosotros y están en una terracita detrás de la iglesia bebiendo una SUPERBOCK, una muy buena cerveza portuguesa y tomando el Solito, ensimismado en la contemplación de la cúpula, muy bonita, del PANTEÓN.

    Nos llevamos allí sentados y comentando el concierto de la noche anterior un buen rato, y veo a mI mujer feliz, relajada, riendo con las ocurrencias de SALVADOR, disfrutando del momento, y sonrio por dentro. Poco después a curiosear entre los puestos, entre los tinglados llenos de muebles con carcoma, de fotos antiguas, de viejos y descuidados discos de vinilo, de algún más que interesante gramófono ( 150 € ), sin posible regateo. Compramos unos imanes para la nevera, recuerdo muy socorrido, y mire la ropa militar, pero las cazadoras no tenían el color que iba buscando, y así, entre muñecos de eso que dan miedo por la noche de lo feos que son, lamparas oxidadas, horrendas figurillas de porcelana, llego la hora de comer.


  Lo hicimos en un bar del que no recuerdo el nombre, el clásico establecimiento que suele haber alrededor de todos estos reinos del trapicheo en todo el mundo, eso si me fije que estaba al lado de una tienda de antiguedades, porque la dueña estaba en la puerta comiendo también con lo que le habían acercado del bar.Nos atendío muy bien una morena y simpatica portuguesa y comimos sardinas asadas, muy buenas, y yo una ensalada tropical, otros carne, y a compartir con mi mujer un pulpo que estaba como para ponerle un monumento, para terminar, como siempre en esta ciudad, café y dulces postres.Comida casera muy buena, eso si, sin nada de tonterías, y a muy buen precio.Cuando nos levantamos del velador era ya cerca de las cuatro y media de la tarde, cogimos de nuevo el 28 en dirección contraria y lo soltamos en la BAIXA.


     Allí cogimos el ELEVADOR DE SANTA JUSTA, yo por segunda vez en el día.


 
  Desde su altura sacaron unas fotitos, y en ese punto sí que nos separamos porque ellos querían seguir dando un paseo y mi mujer sin embargo estaba ya algo cansada, por lo que  llegamos andando hasta la plaza de CAMOES y allí volvimos a coger el tranvía para dejarlo cerca del apartamento.Nos dimos una siesta de las de homenaje y al despertar vimos que solo estaban los niños, mi PRIMA  y SALVA seguían paseando por su querido LISBOA, Yo la verdad es que no estaba ya con muchas ganas de dar más vueltas y la parienta ni digamos. A la hora de la cena, la ultima en tierras portuguesas, de nuevo volvieron las inquietudes, porque ellos si se fueron a la calle a buscar un restaurante donde habían estado hace algunos años, pero mi santa decía que ella prefería quedarse sin cenar si tenia que moverse, entonces recordé, o creí recordar, que en la cercana RUA DO JASMIN  me pareció ver una especie de PIZZERIA, que a partir de esa noche sera mi tabla de salvación en los caso de cansancio, si es que alguna vez volvemos a LISBOA, que seguramente pondría comida para llevar, pero lo vi, o es lo quería creer en ese momento, porque tenía hambre pero no quería dejar a mi  CHIQUI sola.Ya os digo con la inquietud en el cuerpo baje y doble buscando la empinada calle de tan oloroso nombre, allí, hacia la mitad, una puerta verde con dos farolitos; me acerco, esperando no llevarme un chasco, y me lo llevo a medias, es una especie de restaurante para gente joven, con una carta más que interesante, pero no pone nada de que sea comida para llevar.Dice un refrán que la necesidad aguza el ingenio, y como yo, ya hace algunos años que me eche a la poca vergüenza, entre y le dije a una camarera jovencita y muy simpática que quería hablar con el dueño; al momento llego un chaval algo mayor que parecía el cocinero y me dijo que qué deseaba, y se lo plantee de sopetón: "Mira yo te traigo unos taper y tu me preparas algunas de estas cosas para llevármelas".Al tío le sorprendió algo la propuesta pero me dijo que sin problema, me recomendó unas hamburguesas caseras con cebolla confitada y pan de la casa, hecho por ellos mismo, y unos deliciosos champiñones, de postre, tartas caseras.Al rato volví con los extraordinarios  manjares y la verdad es que conpartimos una cena intima muy, muy rica y "especial" lo que se dice saber disfrutar de las "COSAS PEQUEÑAS". Sobre una hora después, llegaron los demás del restaurante, y ya empezamos a desfilar para la cama; la mañana siguiente volvíamos a ESPAÑA.Nos levantamos y recogimos todos y con los coches nos dirigimos hacia la zona de BELEM, queríamos ver aunque no entraramos antes de emprender la marcha, la TORRE, el MONUMENTO A LOS DESCUBRIDORES y el MONASTERIO DE LOS JERONIMOS, pero empezando porque había un trafico infame, encima los DOMINGOS resulta que los monumentos eran GRATIS por lo que estaba todo atestado de coches, y tras varias vueltas, mi PRIMA, SALVA y los niños sin lo vieron al final, me agobie y cogí, conformándome con ver los monumentos desde lejos, hacia la autopista que lleva al PUENTE y de nuevo a nuestra tierra. 

         Aún me queda la ultima anécdota en esta odisea turistico-músical; cuando íbamos ya por la autopista, mi mujer se distrajo viendo en el móvil las fotos justo en el momento en que nos pasamos de largo la desviación que llevaba hacia la entrada por EXTREMADURA, el próximo cambio de sentido a cuarenta y cinco kilómetros, así que a volver por la entrada de AYAMONTE, y sin la maquinita del jodido peaje electrónico, acababa la aventura de vuestro amigo el TRITRI casi como empezó, con otra INQUIETUD grande:  ¿ nos pararía la GUARDIA NACIONAL PORTUGUESA?,¿ nos multarían?. Finalmente llegamos al puente que sirve de frontera  "sanos y salvos", y a día de hoy a mi casa no han llegado ninguna notita portuguesa reclamando el impuesto revolucionario.
    Pues esta, amigo soñadores,  fue la CRÓNICA de mi viaje a LISBOA para ver en ROCK IN RIO a LINKIN PARK, pero todavía sigo teniendo la misma gran INQUIETUD de antes de ir, ¿ Porque leches se celebra este evento en PORTUGAL en lugar de en ESPAÑA ?, es algo que aún no consigo entender.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado. Me encanta Lisboa, y este post, me ha dado ganas de volver por alli.
    http://unospicanyotrosno.blogspot.com

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    1. Me alegro que te haya gustado mi entrada sobre Lisboa.La capital portuguesa me produce sensanciones encontradas, por un lado me encanta algunos detalles: el magico paseo en el Eléctrico, el barrio de ALFAMA y su mercadillo, y por supuesto, su gastronomia, pero por otro lado, me matan sus continuas cuestas, el exagerado abandono de algunas de sus calles y lo del peaje me parece un robo a mano armada.Lo que dicen el libro de los gustos esta en blanco.Saludos y bienvenid@ a estos ventanales.

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