domingo, 11 de marzo de 2018

EL GRAN TRIUNFO DE LOS PALACIOS.

    

                           Era un paso de los que daban MIEDO, un paso de los que dejaba MARCADOS, TOCADOS, a buenos COSTALEROS, que dejaba en evidencia a VIEJOS CAPATACES, un paso que daba leña en cantidad, de los que dejaban las piernas temblando y al final una sensación de derrota, de CORRÍA AMARGA inmensa.
                Pasos, porque el PALIO tampoco era un TOCINO DE CIELO, a los que se les temían más que a una VARA VERDE,y donde muchos se metían un año y no volvían a repetir, hasta el punto de que nombrabas JAVIERES,  decías ojiva de OMNIUM SANCTORUM y muchos salían ESCOPETÁOS o se hacían los LONGUIS
                A principio de los años NOVENTA llego el GENERAL, llego D. RAFAEL DÍAZ PALACIOS y, como en ocasiones anteriores , los agoreros, los pesimistas, los que no tenían ninguna piedad con una HERMANDAD humilde, con poca nomina, con unos pocos cientos de nazarenos que formaban esa pequeña comitiva de túnicas negras y esparto estrecho, parecían llevar razón, eso de nuevo iba a ser el desastre que tanto esperaban, porque la primera vez, también fue muy dura, con ensayos de miedo, descoordinación, con la gente reventá cogiendo kilos sin ton ni son,  y volviendo a sufrir una bestialidad el día de la salida, con ese paso cortito, de pollo, y pasando fatiguitas de muerte.
               Pero,  como si el CRISTO MORENO de nuestros fervores le hubiera enseñado el camino, D. RAFAEL, viejo zorro plateado del ARENAL, persona grande tanto de estatura como de hombría y buen hacer, junto con su hijo FALI empezaron a hablar con la gente de abajo, con los que sufrían bajo el palo, supieron escuchar y todo cambio, y vaya como cambio.
              Porque el andar de la gran mole de GUZMÁN BEJARANO paso a ser reconocible, con personalidad, ZANCADA LARGA, PAUSADA, SOLEMNE, y en pocos años empieza a tener un sello, un estilo  propio, y de aquellos relevos con gentes curtidas del costal destrozadas por el trabajo, se paso a gente joven, a unos niños que salían con una sonrisa de oreja a oreja, y con unas ganas inmensas, con un orgullo inmenso por poder pasear por SEVILLA al CRISTO MORENO de la calle FERIA.
             Y empezó el rumrum en SEVILLA, en la SEVILLA COFRADE, en la SEVILLA del MARTILLO y el COSTAL, y ese crucificado empezó a andar mejor, y otro año mejor todavía, y la gente empezó a engorilarse con la faena bajo la trabajadera, se disfrutaba cada gramo de leña,  se hacían levantas de ensueño,  arrías a pulso, y los viejos, aquellos grandes costaleros que antaño no pudieron con el CRISTO de los JAVIERES,  quisieron volver para formar parte de ese MILAGRO, y lo hicieron, y comenzaron a disfrutar cada MARTES SANTO

             Y se formo una inmensa CUADRILLA, un grupo de amigos, una FAMILIA que se hizo grande y se hizo HERMANDAD, y con ella creció la fama, el buen hacer, el saber tratar al costalero, de los PALACIOS. Y durante una década disfrutaron bajo nuestro CRISTO, y como se dice vulgarmente "iban repartiendo BABEROS", los MUNDI, HEIDI, FRAN NARBONA, GARY,  los hermanos ZAYAS, mi amigo SALAITO, EMILIO CEBALLOS, EDUARDO "EL CAMARADA", un señor de los pies a la cabeza, con el costal o de contaguía, y tantos otros que  consiguieron el privilegio del que hoy todos los que nos sentimos JAVIERES disfrutamos,  bajo su DIVINO peso todavía algunos de ellos, con terno negro otros, con túnica nosotros, de  acompañar al CRUCIFICADO que mejor anda de toda SEVILLA, de tener una CUADRILLA de COSTALEROS donde, aunque solo sea unas CHICOTAS, todos quieren meterse, y junto a la del DESPRECIO DE HERODES, junto a la del SOBERANO PODER de TRIANA, son de lo mejor de esta CIUDAD.
              Y con el empuje de su HIJO también mejoro el palio de GRACIA Y AMPARO, y su andar se hizo más ELEGANTE, más SOBRIO, con más fuerza, con más hechuras de COFRADÍA, seria, seria, con una MÚSICA que cada año mejora el repertorio para acompañar a la DULCE NIÑA de la calle FERIA.
              Y D. RAFAEL, el viejo GENERAL, una vez asentado el estilo, la personalidad de nuestros pasos, una vez dejo su savia, su sangre, FALI PALACIOS, su hijo, y FALITO y PABLO DÍAZ ALGABA, sus nietos, al mando de ambas CUADRILLAS, decidió retirarse, dejar el MARTILLO, y los JAVIERES  lo nombro CAPATAZ HONORARIO Y  PERPETUO, y sigue con nosotros, quiera el CRISTO DE LAS ALMAS durante muchos años, disfrutando de su legado, del buen hacer de la SANGRE de su SANGRE, FALITO con veintidós años se esta convirtiendo en un gran CAPATAZ, como algún  rancio "gracioso" dice: "el único capataz con barbas de toda SEVILLA", volviendo a llamar el MARTILLO  en la puerta de las monjas de SANTA ANGELA, emocionándose hasta anegarse sus ojos de lágrimas, llenandose de orgullo al ver como sobre la montaña dorada donde rompe un oleaje de lirios morados, navega lento,  muy lento, dulcemente, nuestro MORENO.
             Este trabajo, esta magia es el TRIUNFO de una GRAN CUADRILLA, su GRAN FAMILIA de los JAVIERES.
             Este es, sin ninguna duda, el GRAN TRIUNFO de LOS PALACIOS



ENVÍO : A D. RAFAEL DIAZ PALACIOS y a FALI DIAZ TALAVERÓN, EMILIO CEBALLOS, GARY BEDELL y al gran CAMARADA, EDUARDO GONZALEZ en sus VEINTICINCO años junto al MORENO y la VIRGEN NIÑA de la calle FERIA.

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