MIS FRAGMENTOS IMPRESCINDIBLES I - LA CENIZA

          

       " Seguían unas largas semanas entrando por los balcones la primavera, entre la tabla del nueve y el olor mañanero de los bollos del horno de Santa Cruz.Hasta que un día llegaban las galeras y empezaban a descargar sillas para la carrera oficial, y la plaza se llenaba de martillazos de carpinteros poniendo los palcos.Nadie nos lo decía entonces, pero fue cuando comenzamos a comprender que Sevilla muere todos los Miércoles de CENIZA para resucitar el DOMINGO de RAMOS, que ahora es cuando empieza la Pasión que después será la gloria de la SEMANA SANTA.Nadie nos lo decía entonces, pero ya estábamos seguros que el Domingo de Ramos, cuando venían por el Cristina las blancas túnicas del Porvenir, la ceniza del colegio de la Doctrina Cristiana había resucitado, y era la vida que llenaba de albero las plazoletas de la primavera"

                              -   ANTONIO BURGOS -  

EXPLICACIÓN: Aquí el Tritri fue, como muchos ya sabéis, un niño trianero, pero todo pro tiene su contra, y este privilegio de cuna tuvo el peaje de que su mama no lo dejara cruzar el PUENTE en los días grandes de Sevilla hasta los once años, por lo que, aunque había vivido bastante las cofradías de TRIANA, y cada mañana de Viernes Santo iba con casi toda su familia a esperar a la otra ESPERANZA a la calle BECQUER, no descubrió la autentica dimensión de nuestra Semana Santa, su grandiosidad, su relevancia en el palpito, en el latido sentimental de la ciudad, hasta que una mañana  se paseo desde la confluencia de la calle FEDERICO SANCHEZ BEDOYA, donde estudiaba, hasta la misma CAMPANA, entre martillazos y ruidos de maderas de hombres que se afanaban en crear el que, para muchos sevillanos, es nuestro especial camino de baldosas amarillas, y vio en el rostro de las gentes, en la belleza de las chicas que a su lado pasaban, con la primavera estallando en cada poro de su piel, en la alegría nerviosa de los niños, soñando despiertos estrenos de túnica, que la RESURRECCIÓN y la VIDA, comenzaba, un año más, a encender con su luz cada esquina de la vieja SEVILLA.