Erase una vez un pueblo pequeño, FANZARA, en la provincia de CASTELLÓN.Un pueblo tan pequeño, tan pequeño que solo vivían en él unos trescientos habitantes, y como casi todos los pueblos pequeños de ESPAÑA, estaba condenado a desaparecer.Erase una vez dos locos SOÑADORES, JAVIER LÓPEZ y RAFA GASCÓ, que tuvieron una disparatada idea: convertirían el pueblo en un MUSEO del GRAFFITI, así llamarían la atención de todo el MUNDO y FANZARA podría sobrevivir. Pero ¿ conseguirían convencer a los vecinos, con una media de edad de setenta años, que el ARTE URBANO, del que la mayoría ni siquiera habían oído hablar, seria la salvación de su hogares?.
Erase una vez un grupo de veinte artistas locos, tan locos como JAVIER y RAFA que pensaron que la idea era posible y aceptaron las condiciones de estos: Pintar donde se le indicara, con temática libre, aunque pensando en las personas que iban a ver su obra a diario, aceptar que su obra sería efímera y que tras un tiempo sería sustituida por otra, hacerla totalmente gratis, y por ultimo, alojarse y convivir con los moradores de los muros que iban a convertir en sus lienzos e incluso dejarlos colaborar, para involucrarlos en el proyecto, en mayor o menor medida.Bajo estas premisas, el sueño, la locura, comenzó a tomar forma y poco a poco las paredes de FANZARA se cubrieron con cuarenta y cuatro obras.
Así nació el M.I.A.U. (MUSEO INACABADO DE ARTE URBANO) y a día de hoy, casi dos años después, el G.U.A.U. (GESTORES UNIVERSALES DE ARTE URBANO), otro colectivo surgido a la luz esta mágica iniciativa, acaba de comenzar la selección de proyectos, abierto a artista de todo el MUNDO, para sustituir algunas, las más dañadas por las inclemencias del invierno, de las piezas originales por nuevos GRAFFITIS, y FANZARA, un pequeño pueblo que parecía condenado a morir, sigue en pie, más lleno de COLOR y VIDA que nunca.
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