Siempre nos han dicho que el símbolo de Sevilla es la Giralda, nos lo han repetido hasta la saciedad.
Sin embargo, creo que esta afirmación no es del todo correcta.Pienso que no es la torre almohade lo que mejor representa a esta ciudad; no es el minarete de la mezquita aljama, cristianizado por el cuerpo de campanas, por ese hermoso campanario que le añadiera HERNAN RUIZ, cantado por los poetas, plasmado en sus lienzos por los pintores, perpetuado en miles de fotografías y presente en todas las guías turísticas lo que mejor refleja la filosofía, el carácter de nuestra Sevilla.
Miremos más alto y veremos en la imagen que la remata, en esa estatua de la Fe, o de la SANTA JUANA como la conocen muchos antiguos sevillanos, en ese Giraldillo, siendo mujer mejor llamarla Giraldilla, el autentico y más acertado símbolo.
Sevilla es como esa veleta que en una mano sostiene la PALMA, recordándonos siempre una procesión por Gradas Bajas, anunciándonos eternamente los días del gozo, y en la otra el LÁBARO desplegado como un capote en el cielo.
Sevilla es como Ella, cambiante y tornadiza, dependiendo de donde sople el viento, novelera.Capaz un día de expulsar a un Rey tirándole verduras podridas; y poco después, pasearlo por las calles en triunfo, en una carroza tirada por el mismo pueblo.
Variable en el devenir de su existencia; Sevilla es clasista y popular al mismo tiempo, Sevilla es la QUINTA ANGUSTIA y el CAUTIVO del TIRO DE LINEA, es una PEÑA de BARRIO y es el CIRCULO DE LABRADORES.
Sevilla, mujer al fin y al cabo, como su símbolo, es coqueta y desdeñosa, capaz de enamorarte, y al momento hacerte sufrir el más cruel de los desengaños.Lo mismo te ofrece su cara más amable, no siempre la más verdadera: BARRIO SANTA CRUZ, jardines y fuentes, que te muestra el rostro de la miseria y el TERCER MUNDO: las TRES MIL o EL VACÍE.
SEVILLA como la GIRALDILLA,esta encinta, encinta de sí misma, endiosada por su belleza, intentando ocultar con típicos tópicos, en muchas ocasiones sus innumerables defectos.
Pero aún así, la queremos, tan alta y lejana como la figura que la representa, seguimos platónicamente enamorados de Ella.
A pesar de verla distante, indiferente, la seguimos piropeando, escribiéndole cartas y versos de amor, como aquel niño que hace años, en la PLAZA de la VIRGEN DE LOS REYES, se lo confeso, mientras esa mujer de bronce,la de la palma y el lábaro en las manos, lo observaba, girando, meciendose donde la llevaba el viento, desde el alto CAMPANARIO.
Qué me vas a contar a mí qué soy giraldillo...!!
ResponderEliminarLlegué a Sevilla en el 73 y me fuí en el 80, la quise y la odié, me atrapó o me dejé atrapar, he tardado años en perdonarla, pero al pasar el tiempo, como a los primeros amores, nunca la olvidas. Voy poco, pero cuando voy la disfruto y la añoro al mismo tiempo.
ResponderEliminarPreciosa definición, la que le has hecho, yo, por respeto, por no ser de allí, nunca me hubiera atrevido, pero la has bordado. Saludos.
Hola amigas blogueras.
ResponderEliminarBienvenido tu primer comentario Triana-bel, ya se que me sigues desde hace tiempo cosa que te agradezco muchísimo.Sabes que tienes este ventanal de SOÑANDOSEVILLA para que te asomes cuando quieras, aunque tu tengas esa hermosa atalaya de privilegio para tomarle el pulso a la Ciudad.Besos.
Querida tortuguita, es que esta SEVILLA mía, no se sí tuya también, es así o la odias o la quieres con pasión, nunca te deja indiferente.Tu si que lo bordas siempre con tu cariño y fidelidad amiga.Muchísimos besos.
El giraldillo siempre ha sido un gran olvidado entre los monumentos sevillanos.
ResponderEliminarSe merece el artículo.