En la antesala del legendario y famoso barrio de SANTA CRUZ, de la tantas y tantas veces cantada por los poetas, plasmada durante toda la historia en mil y un lienzos por los pintores, elogiada y admirada en todo el orbe, ciudad de SEVILLA, en una recoleta y para muchos desconocida placita, escoltada por grandes arboles, como resguardada de las miradas, de la curiosidad de los forasteros que se pasean por los JARDINES DE MURILLO se levanta la figura altanera y desafiante, gallarda y elegante: chambergo emplumado, jubón y calzas de las más lujosas telas, limpia, afilada e inmisericorde hoja en el cinto, se alza como os digo, cautivadora y enigmática, la silueta de nuestro singular personaje. Dejad, dejad que él mismo se presente:
Aquí está don Juan Tenorio,
y no hay hombre para él.
Desde la princesa altiva
a la que pesca en ruin barcano hay hembra a quien no suscriba,
y a cualquier empresa abarca,
si en oro o valor estriba.
Búsquenle los reñidores;
cérquenle los jugadores;
quien se aprecie que le ataje,
a ver si hay quien le aventaje
en juego, en lid o en amores.
Esto escribí, y en medio año,
no hay escándalo ni engaño
en que no me hallara yo.
Por donde quiera que fui,
la razón atropellé,
la virtud escarnecí,
a la justicia burlé
y a las mujeres vendí.
Yo a las cabañas bajé,
yo a los palacios subí,
yo los claustros escalé
y en todas partes dejé
memoria amarga de mi.
Helo aquí, entre la verde fronda, como surgido de las mismas tinieblas del Infierno, permitid vuesas mercedes, soñadores, cautivos de las estrellas y de la luna, hermosas damas y valerosos caballeros que aún creéis en los amores eternos y en las pasiones desbocadas que os deje una bienintencionada conseja:
Ignorad, haced oídos sordos a historias de calabazas, a extrañas paparruchas de allende los mares sobre máscaras y seres monstruosos, y seguid sus andanzas, sus tropelías, sus amores,de los que os dejo una breve pincelada, fascinaros con la intemporal, con la increíble historia de nuestro DON JUAN, el envidiado y odiado, el deseado y querido GRAN BURLADOR DE SEVILLA.
La estatua de D. Gonzalo, la sombra de Doña Ines, caballeros sevillanos, encubiertos, curiosos, esqueletos, estatuas, ángeles... Años tras años, por el día de los difuntos, nos visitan. ¿El jalogüin yanqui? De eso nada, el eterno mito de D. Juan. Visitemos el teatro y disfrutemos de nuestras tradiciones. Y para los modernos, que se pasen al anochecer por la Plaza de los Refinadores, a lo mejor ven al fantasma de Ciutti andar veloz para hacer los encargos de su señor.
ResponderEliminarPardiez, mi Señor, que los Tunos están afinando sus bandurrias para dentro de un mes, rondar a las doncellas
¿Tradiciones importadas? Pa qué.
Un abrazo.
Amigo Naranjito,esto es una lucha perdida. El marketing, la novelería le han ganado a nuestras tradiciones, a nuestras costumbres, por goleada.
ResponderEliminar¿ Te imaginas el dinero que habrán ganado los chinos o los comercios como EL TURIA de mi barrio de TRIANA con las calabacitas de plástico y los disfraces de brujita o de vampiro ?.Y esta moda se potencia hasta en los mismos Colegios, en vez de adaptar el DON JUAN para niños (no creo que sea tan difícil). ¿Cuanto papá modernito, con sonrisa gilipolla de orgullo, habrá llevado a su ñiño o a su niña a la fiestecita del HALLOWEEN.Lo que te digo, una lucha perdida.
¡Ah! de lo de la TUNA mejor no hablar, ¿conoces algún joven universitario que quiera ser TUNO?.