Sevilla, como cualquier ciudad, como cualquier pueblo, tiene sus personajes celebres, esos hijos ilustres que destacaron en la vida política o militar, en las ciencias o en las artes, esos sevillanos de nacencia o corazón que dejaron la huella de sus obras en libros y legajos, en importantes descubrimientos y en hermosos edificios.Pero también Sevilla es una ciudad fecunda en personajes populares, en esos hombres y mujeres a los que me gustar llamar la GENTE SENCILLA, aquellos que sin conseguir la fama, el prestigio, sin ser recordados por la Historia, solo por ser ellos mismos o por ser fieles a lo que hacen, están ligados a su fisonomía e idiosincrasia, son parte inseparables de su paisaje urbano y tienen un importante lugar en esa historia con minúsculas que es nuestra vida cotidiana.
En Sevilla nombrar, por ejemplo, a Vicente el del canasto, es imaginarse el Paseo Colón atiborrado de coches, con los conductores nerviosos, y a este hombre zigzagueando entre ellos, sorteándolos temerariamente y mirando en su interior en una eterna búsqueda.
Hablar de Antoñito Procesiones es soñar con un soleado Domingo de Ramos, en la calle Tetuán o en la Plaza del Duque, es soñar con una banda de cornetas y tambores.Junto a los primeros músicos, pegado a la Cruz de Guía, allí estaba siempre Antoñito, marcando el paso con sus grandes zapatones y fumándose un Faria.
Y recordar a Jacinto el betunero es ver el bar Correos, el Arenal, el ambiente bullicioso de los alrededores de la Catedral, de los bancos y oficinas de la Avenida en un día laborable o a la ESPERANZA cuando vuelve tras su coronación a su barrio de TRIANA por el Arco del Postigo.
Son tres de nuestros muchos personajes singulares, de nuestra gente sencilla que formaron parte del paisaje de nuestra ciudad y que hoy tienen sus dignos sucesores, entre otros, en esa mujer a la que todos llamamos "LA PANTOJITA", siempre malhumorada, que sin saber cantar, sin saber tocar su destartalada guitarra, va por los bares, por las tabernas, ambientando a la concurrencia con sus estrafalarias sevillanas o en el gran HOWARD JACKSON, la risa más limpia y blanca de Plaza de ARMAS que como un MORTALEDO negro, lo mismo lo vemos de centurión romano, de torero, de Supermán o el Zorro, de flamenca o de Miss Simpatía para vendernos sus pañuelitos y de paso alegrarnos por un rato el día, o en LUIS AGUILAR, el ultimo, ¿ o quizás no?, carbonero de Sevilla, símbolo de dedicación y amor a un oficio, que nos sigue brindando sus humildes consejos, su sabia experiencia en la pagina web de su carbonería y la confortable calidez de una buena chimenea de madera de encina o el calor antiguo de un brasero de cisco picón hechos con materiales de su asolerado establecimiento de la calle PARRAS.
Son personajes curiosos, seres maravillosos que de cuando en cuando pare Sevilla y que al morir no tendrán como los próceres de la ciudad, como los hijos predilectos: una lapida de mármol, un lienzo de azulejos en la casa donde nacieron, en la que vivieron o fallecieron, no tendrán una calle dedicada con su nombre, pero tendrán, sin duda, un pedacito en el corazón, en el recuerdo de muchos sevillanos.
Esa es lagrandeza de la gente sencilla Tritri, permanecer en el recuerdo de todos más por su bonomía o incluso sin razón que por los verdaderos méritos.
ResponderEliminarEstos personajes que señalas, están más en nuestro recuerdo que El Marques de Contadero, Ramón Carande, Pepe Diaz o tantos otros sevillanos de nacimiento o adopción que hicieron cosas importantes en la historia de la ciudad.
Buen tema, buena entrada.
Un abrazo
¡Dios mío ¡¡¡VICENTE!!!!, lo recuerdo perfectamente, nadie se explicaba cómo no lo cogían los coches.
ResponderEliminarTu entrada de hoy, me parece ¡SUBLIME!, he vuelto a recordar tantas cosas y a tanta gente.
¡Que maravilla, Triana!.
Esos personajes son los que ponen la nota de humor en la cotidianidad de la vida rutinaria.
Un abrazo, amigo.
Amigo Fali, la verdad es que "la gente sencilla, estos personajes populares a los que dedico la entrada son, la mayoría de las veces, más conocidos por cercanos, por formar parte de nuestro día a día, que la mayoría de prohombres de nuestra ciudad.¿Crees que habrá muchos que sepan quién era Pepe Diaz?.Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias, amiga tortuguita por tus halagos.La verdad que en los últimos años le perdí la pista al bueno de VICENTE, y eso que lo veía con frecuencia cuando venia por el PUENTE desde TRIANA a SEVILLA.Llevas totalmente razón, personas como JACKSON son las que le dan humor a la rutina de cada día.Un fuerte beso y abrazo.
ResponderEliminar¡Que gran honor verme incluido entre esta "gente sencilla"! El último párrafo ma llegao al alma. Muchas gracias Tritri. No sé si te conozco pero te debo una cerveza.
ResponderEliminarEl honor, amigo Luis, es que te asomes a estos ventanales de sueños, las gentes como tu son las que hacen una ciudad.No, no me conoces personalmente, pero yo si te he visto muchas veces faenando en tu singular carboneria, en ese negocio que es tu vida y que es parte viva y singular de un sector como es el de ALAMEDA-FERIA-MACARENA al que llevo ligado aunque sea trianero casi veinticinco años.Un abrazo y aqui tienes tu casa.
Eliminar