2.003 - FRANCISCO J. VAZQUEZ PEREA
A partir de ahí nuestros días santos consistirán en una plegaria desesperada para que Dios levante de su postración y de sus conflictos este mundo fatigado. Acudid a San Vicente, ante Nuestro Padre Jesús de las Penas. Viéndole tan vencido, podría pensarse en la victoria de los enemigos de Dios. Pero cuando está en la puerta y le tocan su marcha y llega ese pasaje tan entrañable que empapa su mirada de una inmensa melancolía, como de amor perdido, nos descubre su plenitud.
Viéndote caer parécenos de plomoel aire que pesa en tus espaldas,bajo la viga de este cielo rotoque es tu Cruz, contigo derribada.
El surco de tus dedos nos señalaque ya eres tierra, barro, lodo...que horizontal, tu condición humana,abatido Jesús, ya toca fondo.Pero también es ver adelantadatu sombra en pié irguiéndose del polvoy soñarte Dios otra vez, mientras te alzas.
Que el cuerpo al alma le es estorboy tras caer te levanta tu miradaque es luz, refugio, amor, lo es todo.
¡Si!... el cuerpo tantas veces al alma le es estorbo.
Amono valiente ...ya kea meno valiente
ResponderEliminarYa mismo cuñá, en un suspiro están los niños correteando la rampla del Salvador.Y nosotros disfrutando los días mas grandes, más hermosos de Sevilla y Triana.A ver si nos vemos.Muchos besos.
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